PORQUE SIEMPRE HAY UN REGRESO
Después de ser rechazado por los embajadores gambianos en Abidján y cruzar Costa de Marfil de sur a norte consigo entrar en Burkina Fasso sin que se den cuenta de que voy sin visado.
Pensando en rodear Ghana para entrar a Togo las cosas de la vida me dan una señal para que regrese con los mios en casa, dejando así el continente africano pasados más de un año. Los burkinabé me enamoran y sin saberlo descubro esa vida tradicional africana en lugares y laberintos de adobe poco sospechados. |