Sobre la isla psicotrópica.
04/04/2013
De Soma me voy más al Este, mi intención es salir de Gambia por Basse, que está casi al limite Este del país, y entrar en Senegal de nuevo por la región de Casamance.
Pero Basse queda un poco lejos todavía para hacer el trayecto del tirón y mi visado no expira hasta dentro de una semana, así que decido pararme a medio camino y pasar un par de días en Janjangbureh.
Resulta ser un lugar muy bonito, para mi, el mejor de Gambia, donde se respira una energía especial.
Durante la época colonial los colonos utilizaban el Rio Gambia, que cruza el país, para transportar a los esclavos provenientes del centro de África hasta el Océano, para después trasladarlos a la isla de Gore en Senegal o directamente a las américas. En estos lares es donde ocurrió la historia de Kuntaquinte, ese famoso esclavo africano. Y es en Janjangbureh, que es una isla en el rio, donde se paraba para vender esclavos.
Es un lugar turístico, donde los turistas que están en la costa se acercan hasta aquí uno o dos días para oír las historias de esclavismo y hacer excursiones por el rio donde están los hipopótamos y monos, rodeados de una naturaleza realmente bonita. Otros, mas escondidos dentro del bosque, aprovechan la falta de regulación y la facilidad de corromper a los funcionarios para practicar la caza furtiva de todo tipo de animales. Europeos y americanos llegan aquí como si fueran a la guerra, se los ve pasar con grandes 4x4, tipo Hummer, pintados de camuflaje, con armamentos sofisticados que ni el dictador que gobierna este pequeño país desde hace mas de quince años no sabe ni que existen.
Estos dos días se convirtieron en tres semanas.
Fueron días tranquilos, de relajarse, tomando baños en el rio, estar con los colegas, donde fui acogido por la familia Sey, fulas de Mauritania.
Aun ser un lugar turístico no se respira este aire, todavía está en proceso de crecimiento y no hay grandes hoteles e infraestructura para extranjeros. La vida corre normal, el día a día africano impera en la isla y en la aldea de la ribera, donde el rio es el hilo conductor cotidiano.
En Gambia en general se consume bastante marihuana, y en especial en esta isla, donde todo el día suena música reggae y tanto jóvenes como viejos fuman hierba con descaro. De ahí que a la isla le hayan puesto el nombre de "Pequeña Jamaica".
Fueron tres semanas llenas de experiencias, las mejores y peores del viaje. Situaciones extrañas, retorcidas, producidas en parte por la mezcla del cigarro de la risa y del vino de palma, que los inmigrantes cristianos de Guinea Bissau recolectan con gran precisión en lo alto de las palmeras.
Me pasaba el día con mi amigo, de arriba a abajo, de casa en casa.
Un amigo inteligente, que como quien descendiente del árabe sabe como manipular consciencias y atraerlas hacia él para su interés personal.
Puede que después del robo en Serrekunda perdiera toda confianza hacia el ser humano o que realmente la paranoia no me dejaba ver la realidad. Pero estuve las dos primeras semanas totalmente en manos de mi amigo, que a veces se me antojaba como enemigo.
En África (permitidme generalizar mucho), algunas veces pasa, que los amigos que haces son simplemente por puro interés. No te van a robar, ni normalmente, a pedir dinero ni nada por el estilo, aunque nuestra cabeza capitalista solo piense en esto, poniéndote de los nervios y haciéndote desconfiar, recluyéndote en ti mismo y, claro esta, bloqueando toda relación sincera y natural.
En general estos amigos solo quieren ser amigos, el interés está en ello.
La frase más pronunciada es: "Nadie conoce que va a pasar mañana". Si en un futuro les quieres ayudar para que puedan ir a tu país, aunque sea de vacaciones, para conocer; o si les quieres dar dinero o ayudar en algo; o mandar un bonito teléfono europeo, o una camiseta del Real Madrid ellos estarán agradecidos para siempre y podrán contar a todo el mundo que tienen un amigo blanco que le manda regalos originales desde la tierra de los blancos.
En general a los blancos se les tiene respeto y admiración, así que pasearse por la calle e ir a visitar a los amigos agarrado de la mano de un blanco asegura una cierta fama dentro de la camada, masculina y femenina. A otros les gusta tratarte bien, para que cuando te vayas hables a todo el mundo sobre las bienaventuranzas de ese lugar, así otros amigos también vendrán y poco a poco puede que la cosa se desenvuelva un poco.
Estos y otros tipos de amistad los vas descubriendo poco a poco, al principio tienes la concepción que te quieren robar o sonsacar dinero o aprovecharse de ti.
En esta isla yo todavía tenia esta concepción y con las maneras y buenos tratos de mi amigo estas suposiciones aumentaban y me atormentaban cada día de una forma esquizofrénica. Pero por otro lado estaba feliz y no me quería marchar.
Empecé a trabajar como guía turístico y toda la isla me conocía, mi nombre, Mohamed Sey. Todos los dueños de bares, hoteles y restaurantes negociaban conmigo para que llevase a los turistas a su bar, o que si querían alguna excursión en el rio les llamara a ellos primero para alquilar el bote. De esta manera fuera donde fuera no pagaba nada, la gente me daba todo a modo de comisión. Que decir también que esta fue la manera de visitar los hipopótamos y otros animales del parque sin pagar nada.
Estos momentos eran hermosos, pero a la que me tiraba todo un día con mi amigo mi rostro se ensombrecía y empezaban a aparecer fantasmas y planes retorcidos para convencerme de hacer algún negocio a medias, para alargar mi tiempo de estadía en la isla.
Sentía como si yo no fuera dueño de mi mismo, era una marioneta perfectamente manipulada por el cerebro inteligente de mi amigo.
Dejadme contaros la situación mas extraña e impactante para mi, ocurrida en esta cárcel psicológica.
Puede que fuera durante la primera semana, que aun no vivía en la casa de mi amigo, y estaba alojado con otra familia vecina, ya que tenia un cuarto libre.
Una noche estaba en dicho cuarto, con una amiga, tumbados en la cama disfrutando del momento cigarrillo.
Toc, toc, toc.
Alguien llama a la puerta, de un salto salgo de la cama.
Mierda.
Me lo temía.
La verdad es que no quería ir hasta mi habitación con ella, por una especie de pudor hacia la familia musulmana que me acogía, no conocía demasiado aún como funcionan los quehaceres íntimos en África, como son las relaciones, si la vida de los jóvenes en este asunto se desarrollaba como en casa. Es decir, si esta bien visto o no, o si es correcto, acostarse con alguien por puro placer.
Pues bien, antes de abrir la puerta me sentía profundamente afligido y disculpado con la familia, por haber traspasado el limite de confianza propio de un buen huésped.
Cuando abrí la puerta se me apareció el rostro de uno de los hombres de la casa, mayor que yo. No habla muy bien el ingles, pero sus expresiones y movimientos de brazos se hacen entender perfectamente.
- "Pero que has hecho! Tu estas loco?" - llevándose las manos a la cabeza
- "Esta chica tiene que irse de inmediato! Tsch!- sacude la cabeza en señal de negación.
Yo, mareado digo:
- "Ok, ok! Perdona amigo, Tsch! no se tío, perdona! Ya esta, ahora se marcha."
Y cierro la puerta acojonado, no se qué va a pasar cuando ella se marche.
Una vez que ella se ha ido el hombre enojado regresa.
- "Rio, la has cagado bien cagada! Esta chica que dice ser tu amiga es una prostituta! Es su trabajo, entiendes?"
El está nervioso, haciendo movimientos desesperados, yo por mi parte maldigo mi error de adolescente.
Él prosigue: - "Ahora aquí afuera de la casa está esperando su chulo, dice que quiere el dinero."
Me cago en la puta! (Nunca mejor dicho)
Estoy temblando.
Fuera, en el camino oscuro y polvoriento que comunica las pequeñas cabañas redondas de paja me imagino un negro tamaño guarda-ropa, con aires de chico malo de Brooklyn, esperado mi dinero. Y lo que es peor, puede que no sea la última vez que me lo pida, ahora me tiene agarrado por un sitio en concreto y siempre puede volver a amenazarme.
- "Cuanto pide?" - prosigo yo cortando el pesado silencio de la habitación de ambiente enrarecido a estas alturas.
- "Cinco mil Dalasi" (Eso son unos 120 euros!)
Prefiero una paliza a pagar esta cantidad, ademas no tengo tanto dinero.
Tierra trágame!
En este momento, sudando, rezaba con estar dentro de mi cama, en casa de mis padres, sin poder ir al colegio porque tengo fiebre mientras mi madre se deshace en cuidados cariñosos hacia mí.
Pero no, estoy solo, tremendamente solo; en una isla minúscula dentro del Rio Gambia, dentro de una cabaña de paja alumbrada por una vela que esta a punto de acabarse, delante de un hombre negro muy enfadado y exaltado, con otro en el desprotegido exterior de la casa esperando un dinero que le debo.
Maldiciendo los instintos animales, a mi supuesta amiga y a mis supuestos amigos que me presentaron a mi supuesta amiga.
De los cinco mil que me pide, le doy seiscientos, solo tengo mil y quinientos, nada mas, y tendría que regresar a Banjul para encontrar un banco. Así que con mano temblorosa le entrego estos billetes mientras con la otra mano hago el señal de la cruz.
Sale.
Me siento/dejo caer en la cama, derrotado, nervioso, a la espera del siguiente paso, a que estos hombres muevan ficha, esto no se ha terminado, eso seguro. No creo que entre de nuevo mi malhumorado anfitrión y me entregue un recibo y me diga, "Gracias por utilizar nuestros servicios".
Y así es, el hombre llama a la puerta (ese sonido me produjo náuseas durante días), me dice que no es suficiente, el hombre no acepta, tengo que soltar mas dinero.
Le entrego cuatrocientos, llegando así a los mil Dalasi, que por ser una cifra redonda puede que le resulte suficiente; además, esto aquí es mucho dinero.
Le miento y le digo que no tengo nada más, que ahora tengo un problema grave, mientras le muestro mi cartera vacía.
El hombre resopla, el rostro se le relaja un poco. - "Buf!Ok. Intentaré arreglarlo y hablar con este hombre, pero no será fácil. Por eso mismo mañana me tienes que comprar un teléfono móvil." "Y por cierto, no le cuentes a nadie nada de esto, ok?" Concluye.
Y sale de nuevo.
Hijo de puta! Enseguida me saltan las alarmas.
Este hombre que esta ahí fuera existe?
No será una artimaña de este sublime actor? Por una parte me relajo, la amenaza de nariz y mandíbula rotas se desvanece a la mitad, por otra, la sangre me hierve y aún estoy más confuso.
Mi cabeza es como un bombo de la lotería, donde miles de probabilidades y opciones se mezclan, creando preguntas, descartando respuestas.
El hombre regresa y vuelve a golpear a la puerta, no lo quiero ni ver, respondo secamente sin verlo.
Y me pregunta: - "Quieres cenar?"
No puedo aguantar las carcajadas, mi cuerpo se retuerce y se deshincha de la tensión acumulada. Me saltan las lagrimas .
Ya esta, ya ha pasado esta situación extravagante.
Le respondo que no, evidentemente lo que menos tengo ahora es apetito.
Me cuesta dormir esa noche, barajo hipótesis, causas y efectos.
Por una parte, y como ya he dicho, si resulta que la amiga infiltrada es una prostituta significa que no tengo amigos, que los fantasmas existen, que todo es un engaño y que yo soy un gilipollas. Por otra parte, si el guarda-ropa no existe y todo es una actuación de mi anfitrión, puedo hablar con mi amigo para intentar recuperar el dinero, puedo mantener mi amiga, los fantasmas no existen, la confianza si, y yo continuo siendo un gilipollas.
Dos cosas son seguras: Se lo que soy. Y ahora mismo no puedo confiar en nadie.
Así que mañana será un día duro de preguntar sin preguntar y de tener dolor de cabeza.
Al día siguiente por la tarde lo resuelvo todo con asombrosa sangre fría.
El hombre que me acogió en su casa es un buen actor.
No puedo recuperar el dinero.
Y vuelvo a confiar en mis amigos, al menos hasta mañana.
Voy a la casa, recojo todos mis bártulos y me voy a casa de mi amigo donde su madre me prepara una cama segura. Durante los próximos días me dedico a contar a todo el mundo lo que hizo este hombre.
Cuando me lo cruzo nos saludamos, yo secamente, él con cara de cordero degollado. Porqué yo solo he perdido dinero, pero él a perdido toda dignidad y ya nadie más va a confiar en él, cuando tenga un problema nadie le va a ayudar.
Y porque no saludarlo? Él ha cometido sus errores como yo he cometido los míos. Los dos somos culpables, de pecados diferentes, claro.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Una noche estaba en dicho cuarto, con una amiga, tumbados en la cama disfrutando del momento cigarrillo.
Toc, toc, toc.
Alguien llama a la puerta, de un salto salgo de la cama.
Mierda.
Me lo temía.
La verdad es que no quería ir hasta mi habitación con ella, por una especie de pudor hacia la familia musulmana que me acogía, no conocía demasiado aún como funcionan los quehaceres íntimos en África, como son las relaciones, si la vida de los jóvenes en este asunto se desarrollaba como en casa. Es decir, si esta bien visto o no, o si es correcto, acostarse con alguien por puro placer.
Pues bien, antes de abrir la puerta me sentía profundamente afligido y disculpado con la familia, por haber traspasado el limite de confianza propio de un buen huésped.
Cuando abrí la puerta se me apareció el rostro de uno de los hombres de la casa, mayor que yo. No habla muy bien el ingles, pero sus expresiones y movimientos de brazos se hacen entender perfectamente.
- "Pero que has hecho! Tu estas loco?" - llevándose las manos a la cabeza
- "Esta chica tiene que irse de inmediato! Tsch!- sacude la cabeza en señal de negación.
Yo, mareado digo:
- "Ok, ok! Perdona amigo, Tsch! no se tío, perdona! Ya esta, ahora se marcha."
Y cierro la puerta acojonado, no se qué va a pasar cuando ella se marche.
Una vez que ella se ha ido el hombre enojado regresa.
- "Rio, la has cagado bien cagada! Esta chica que dice ser tu amiga es una prostituta! Es su trabajo, entiendes?"
El está nervioso, haciendo movimientos desesperados, yo por mi parte maldigo mi error de adolescente.
Él prosigue: - "Ahora aquí afuera de la casa está esperando su chulo, dice que quiere el dinero."
Me cago en la puta! (Nunca mejor dicho)
Estoy temblando.
Fuera, en el camino oscuro y polvoriento que comunica las pequeñas cabañas redondas de paja me imagino un negro tamaño guarda-ropa, con aires de chico malo de Brooklyn, esperado mi dinero. Y lo que es peor, puede que no sea la última vez que me lo pida, ahora me tiene agarrado por un sitio en concreto y siempre puede volver a amenazarme.
- "Cuanto pide?" - prosigo yo cortando el pesado silencio de la habitación de ambiente enrarecido a estas alturas.
- "Cinco mil Dalasi" (Eso son unos 120 euros!)
Prefiero una paliza a pagar esta cantidad, ademas no tengo tanto dinero.
Tierra trágame!
En este momento, sudando, rezaba con estar dentro de mi cama, en casa de mis padres, sin poder ir al colegio porque tengo fiebre mientras mi madre se deshace en cuidados cariñosos hacia mí.
Pero no, estoy solo, tremendamente solo; en una isla minúscula dentro del Rio Gambia, dentro de una cabaña de paja alumbrada por una vela que esta a punto de acabarse, delante de un hombre negro muy enfadado y exaltado, con otro en el desprotegido exterior de la casa esperando un dinero que le debo.
Maldiciendo los instintos animales, a mi supuesta amiga y a mis supuestos amigos que me presentaron a mi supuesta amiga.
De los cinco mil que me pide, le doy seiscientos, solo tengo mil y quinientos, nada mas, y tendría que regresar a Banjul para encontrar un banco. Así que con mano temblorosa le entrego estos billetes mientras con la otra mano hago el señal de la cruz.
Sale.
Me siento/dejo caer en la cama, derrotado, nervioso, a la espera del siguiente paso, a que estos hombres muevan ficha, esto no se ha terminado, eso seguro. No creo que entre de nuevo mi malhumorado anfitrión y me entregue un recibo y me diga, "Gracias por utilizar nuestros servicios".
Y así es, el hombre llama a la puerta (ese sonido me produjo náuseas durante días), me dice que no es suficiente, el hombre no acepta, tengo que soltar mas dinero.
Le entrego cuatrocientos, llegando así a los mil Dalasi, que por ser una cifra redonda puede que le resulte suficiente; además, esto aquí es mucho dinero.
Le miento y le digo que no tengo nada más, que ahora tengo un problema grave, mientras le muestro mi cartera vacía.
El hombre resopla, el rostro se le relaja un poco. - "Buf!Ok. Intentaré arreglarlo y hablar con este hombre, pero no será fácil. Por eso mismo mañana me tienes que comprar un teléfono móvil." "Y por cierto, no le cuentes a nadie nada de esto, ok?" Concluye.
Y sale de nuevo.
Hijo de puta! Enseguida me saltan las alarmas.
Este hombre que esta ahí fuera existe?
No será una artimaña de este sublime actor? Por una parte me relajo, la amenaza de nariz y mandíbula rotas se desvanece a la mitad, por otra, la sangre me hierve y aún estoy más confuso.
Mi cabeza es como un bombo de la lotería, donde miles de probabilidades y opciones se mezclan, creando preguntas, descartando respuestas.
El hombre regresa y vuelve a golpear a la puerta, no lo quiero ni ver, respondo secamente sin verlo.
Y me pregunta: - "Quieres cenar?"
No puedo aguantar las carcajadas, mi cuerpo se retuerce y se deshincha de la tensión acumulada. Me saltan las lagrimas .
Ya esta, ya ha pasado esta situación extravagante.
Le respondo que no, evidentemente lo que menos tengo ahora es apetito.
Me cuesta dormir esa noche, barajo hipótesis, causas y efectos.
Por una parte, y como ya he dicho, si resulta que la amiga infiltrada es una prostituta significa que no tengo amigos, que los fantasmas existen, que todo es un engaño y que yo soy un gilipollas. Por otra parte, si el guarda-ropa no existe y todo es una actuación de mi anfitrión, puedo hablar con mi amigo para intentar recuperar el dinero, puedo mantener mi amiga, los fantasmas no existen, la confianza si, y yo continuo siendo un gilipollas.
Dos cosas son seguras: Se lo que soy. Y ahora mismo no puedo confiar en nadie.
Así que mañana será un día duro de preguntar sin preguntar y de tener dolor de cabeza.
Al día siguiente por la tarde lo resuelvo todo con asombrosa sangre fría.
El hombre que me acogió en su casa es un buen actor.
No puedo recuperar el dinero.
Y vuelvo a confiar en mis amigos, al menos hasta mañana.
Voy a la casa, recojo todos mis bártulos y me voy a casa de mi amigo donde su madre me prepara una cama segura. Durante los próximos días me dedico a contar a todo el mundo lo que hizo este hombre.
Cuando me lo cruzo nos saludamos, yo secamente, él con cara de cordero degollado. Porqué yo solo he perdido dinero, pero él a perdido toda dignidad y ya nadie más va a confiar en él, cuando tenga un problema nadie le va a ayudar.
Y porque no saludarlo? Él ha cometido sus errores como yo he cometido los míos. Los dos somos culpables, de pecados diferentes, claro.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
En fin, todo continuó con normalidad psicotrópica.
Yo saqué mis conclusiones de lo aprendido con esta excitante experiencia y tire a la basura el envoltorio de los hechos y los rencores.
Pasaron muchas otras cosas extrañas que por falta de tiempo no me puedo alargar. Otras aventuras que hablan de cárcel, corrupción, extensiones de visado, coacción, amistades de alto nivel, llamadas inesperadas, cocodrilos, etc. Que espero poder contar algún día con mas tranquilidad y de una manera mas amena.
Los días siguientes continué encontrándome con mi amiga, trabajando con turistas, haciendo amigos y aprendiendo mucho sobre la realidad política del país, que daría mucho por hablar.
Un día, todavía no sé como conseguí salir de las garras de mi amigo, me monté en una furgoneta dirección a la frontera. Que sin ninguna historia como para remarcar pasé sin problemas de nuevo en mi querido Senegal. Entrando en la región de Casamance, donde de vez en cuando los rebeldes que quieren la independencia de esta región (la mas prospera a nivel económico de Senegal) salen del bosque y montan barricadas en las carreteras para asaltar a la gente para financiar su mísera vida.
En principio no corro demasiado peligro si es que no me salgo de la carretera principal.
De todos modos no quiero tentar demasiado a mi suerte (que aunque no lo parezca está aún de mi lado) así que no me entretendré demasiado aquí puede que unos quince días.
Con estas dejo Gambia, que me ha parecido un extraño país. Aunque menos desarrollado que Senegal, la gente parece mas moderna, sobretodo en las ciudades, y en las zonas rurales más tradicional, donde aún se mantienen vivas muchas creencias animistas. De todos modos, y a pesar de que su presidente gobierne con aires de dictador, el país goza de libertad y poco a poco se va abriendo al mundo y el mundo se abre a él. Poco a poco la gente va viendo su vida mejorar, aunque pobre, no puedo decir que esté en un nivel alarmante, sobretodo al estar escribiendo esto desde Guinea, habiendo pasado por Guinea Bissau y pasado más de cinco meses. Donde puedo verlo todo con una perspectiva mas amplia y puedo comparar con más fiabilidad entre países.
Bien, ya me callo.
Hasta pronto.
Yo saqué mis conclusiones de lo aprendido con esta excitante experiencia y tire a la basura el envoltorio de los hechos y los rencores.
Pasaron muchas otras cosas extrañas que por falta de tiempo no me puedo alargar. Otras aventuras que hablan de cárcel, corrupción, extensiones de visado, coacción, amistades de alto nivel, llamadas inesperadas, cocodrilos, etc. Que espero poder contar algún día con mas tranquilidad y de una manera mas amena.
Los días siguientes continué encontrándome con mi amiga, trabajando con turistas, haciendo amigos y aprendiendo mucho sobre la realidad política del país, que daría mucho por hablar.
Un día, todavía no sé como conseguí salir de las garras de mi amigo, me monté en una furgoneta dirección a la frontera. Que sin ninguna historia como para remarcar pasé sin problemas de nuevo en mi querido Senegal. Entrando en la región de Casamance, donde de vez en cuando los rebeldes que quieren la independencia de esta región (la mas prospera a nivel económico de Senegal) salen del bosque y montan barricadas en las carreteras para asaltar a la gente para financiar su mísera vida.
En principio no corro demasiado peligro si es que no me salgo de la carretera principal.
De todos modos no quiero tentar demasiado a mi suerte (que aunque no lo parezca está aún de mi lado) así que no me entretendré demasiado aquí puede que unos quince días.
Con estas dejo Gambia, que me ha parecido un extraño país. Aunque menos desarrollado que Senegal, la gente parece mas moderna, sobretodo en las ciudades, y en las zonas rurales más tradicional, donde aún se mantienen vivas muchas creencias animistas. De todos modos, y a pesar de que su presidente gobierne con aires de dictador, el país goza de libertad y poco a poco se va abriendo al mundo y el mundo se abre a él. Poco a poco la gente va viendo su vida mejorar, aunque pobre, no puedo decir que esté en un nivel alarmante, sobretodo al estar escribiendo esto desde Guinea, habiendo pasado por Guinea Bissau y pasado más de cinco meses. Donde puedo verlo todo con una perspectiva mas amplia y puedo comparar con más fiabilidad entre países.
Bien, ya me callo.
Hasta pronto.