La Perla Negra
05/06/2013
Ahora si, dejo atrás Senegal.
El cruce de fronteras dentro del Peugeot, junto a otras nueve personas dentro y múltiples bultos en el portaequipajes del techo con cuatro personas más sentadas encima es tranquilo y sin sobresaltos. Al compartir la misma moneda no existen cambistas ni trileros con mala intención, además, los policías y militares de la aduana hacen su trabajo con sorprendente profesionalidad, no me piden regalos ni impuestos revolucionarios.
Y entro en Guinea Bissau, un país muy pobre, si no el más pobre del África Occidental debería de ser el segundo.
Un país con un pasado manchado de sangre. Empezando con la guerra de la independencia de los seguidores de Amílcar Cabral -el héroe nacional- contra los portugueses colonizadores, que duró 11 años; siguiendo con numerosos golpes de estado -casi en cada ocasión, después de las elecciones democráticas, le sigue un levantamiento militar-, de primeros ministros que asesinan a presidentes de República, presidentes de República que asesinan a primeros ministros, los gobernantes siempre tienen las manos sucias por la corrupción y el tráfico de cocaína, esta llega impunemente de algún país latino-americano y sale impunemente dirección a Portugal o España; de dictaduras militares y un largo y tristísimo etcétera.
Actualmente esta gobernado por un gobierno de transición que dio el último golpe de estado, unos títeres analfabetos utilizados por los militares, también analfabetos. Estos últimos dictan a los gobernantes lo que deben hacer, si no lo cumplen, se quedan sin trabajo.
Tantos unos como los otros sólo piensan en comer el dinero que llega financiado por instituciones y gobiernos extranjeros, o de contratos suicida con los mismos, conpinchándose y repartiéndose las ganancias.
El tema de la droga también es preocupante, a veces -demasiadas-, aparecen fardos o piedras de coca a orillas del mar o del rio, las gentes humildes y los niños creen que se trata de sal, o patatas, que utilizan para cocinar y son ingeridos con resultado fatal. La droga da dinero y si una cosa escasea aquí, es esto, así que muchos empiezan a vender, mal guardando la mercancía al alcance de cualquiera, también con final fatal. Y propagando entre la pobre población la esclavitud y muerte lenta que la droga provoca. El control por el tráfico internacional origina rivalidades políticas, la oposición no quiere el poder para solventar los problemas existentes en el país y mejorar la calidad de vida, eso que importa, solo quiere poder, que claro, da dinero. Estos conflictos no se solucionan en el congreso, sino disparando armas. Financiadas por quién? Ya lo sabéis.
En el presente el país se encuentra en un estado lamentable y será peor a corto plazo. Las pocas industrias y turismo que durante algunos tiempos pasados de bonanza daban trabajo y explotaban los muchos recursos de este hermoso país, ahora se encuentran cerradas y en estado de demolición.
-Y nadie hace nada?
-No tengo ni idea!- lo cual debe significar que no mucho.
- Pero la ONU, o algún país extranjero, es que no lo ven?
Desde un punto de vista estrictamente político se puede entender que no hagan nada. Es decir, a la vista de lo que hace el gobierno de este país los gobiernos foráneos han cerrado el grifo y las relaciones diplomáticas, cansados de ver desaparecer su dinero -el de sus contribuyentes- sin obtener ningún resultado, ni observar ninguna mejora; bueno, si, el cochazo nuevo del hermano del ministro en cuestión.
Por tanto se puede entender su mosqueo.
Pero, yo me pregunto, es que esto no es más motivo aún para hacer algo? Quién está sufriendo realmente, abandonado por culpa de la política a las sucias manos de los políticos que hacen absolutamente lo que les pasa por el escroto? No es eso dar impunidad a la corrupción?
Pero, con todo esto, la gente hace lo que puede, día a día, valiéndose de esta capacidad africana -o humana- para no derrumbarse y seguir adelante, dejando de lado los circos políticos. Así, los hombres salen cada mañana de sus casas para trapichear con lo que puedan y llevar los 650 FCFA a su mujer para que compre comida para la familia numerosa.
Guinea Bissau es un hermoso país, totalmente virgen, islas y playas bonitas, muchos recursos naturales, buen clima y con una población inferior a los 2 millones de habitantes -las cifras de población africanas son muy relativas, la población no esta censada, y no abundan los DNI o partidas de nacimiento-, que se reparten en una cuarentena de etnias diferentes, en su mayoría cristianas, en la práctica, animistas.
Pasada la frontera me siento en algún lugar como de costumbre y abro mi mapa, el primer nombre que veo sobre la costa es Varela, parece un lugar aislado, según el mapa la carretera no esta en buenas condiciones -y resulta ser verdad, 56 Km en 3h 30min, además, aunque esté dentro de Guinea Bissau, está a unos pocos kilómetros de Cap Skirring, la zona más turística de Senegal, que descarté visitar debido a una alergia que padezco a este tipo de parques temáticos, y me digo que Varela será igual o más hermoso que eso.
Quedé tan maravillado con este lugar que pasó un mes sin enterarme, en casa de mi hermano Alfu que junto con su familia y amigos me prestan una infinita atención.
Playas de paraíso, aldeas vecinas con tradiciones y ceremonias sobrecogedoras, pescado exquisito y mucha tranquilidad. Conocí a reyes de la etnia Diola en diferentes eventos que aún hoy tienen poder sobre sus regiones y habitantes, estas regiones están cartografiadas, para ellos, todavía de la época pre-colonial. Fascinante.
Ahora si, dejo atrás Senegal.
El cruce de fronteras dentro del Peugeot, junto a otras nueve personas dentro y múltiples bultos en el portaequipajes del techo con cuatro personas más sentadas encima es tranquilo y sin sobresaltos. Al compartir la misma moneda no existen cambistas ni trileros con mala intención, además, los policías y militares de la aduana hacen su trabajo con sorprendente profesionalidad, no me piden regalos ni impuestos revolucionarios.
Y entro en Guinea Bissau, un país muy pobre, si no el más pobre del África Occidental debería de ser el segundo.
Un país con un pasado manchado de sangre. Empezando con la guerra de la independencia de los seguidores de Amílcar Cabral -el héroe nacional- contra los portugueses colonizadores, que duró 11 años; siguiendo con numerosos golpes de estado -casi en cada ocasión, después de las elecciones democráticas, le sigue un levantamiento militar-, de primeros ministros que asesinan a presidentes de República, presidentes de República que asesinan a primeros ministros, los gobernantes siempre tienen las manos sucias por la corrupción y el tráfico de cocaína, esta llega impunemente de algún país latino-americano y sale impunemente dirección a Portugal o España; de dictaduras militares y un largo y tristísimo etcétera.
Actualmente esta gobernado por un gobierno de transición que dio el último golpe de estado, unos títeres analfabetos utilizados por los militares, también analfabetos. Estos últimos dictan a los gobernantes lo que deben hacer, si no lo cumplen, se quedan sin trabajo.
Tantos unos como los otros sólo piensan en comer el dinero que llega financiado por instituciones y gobiernos extranjeros, o de contratos suicida con los mismos, conpinchándose y repartiéndose las ganancias.
El tema de la droga también es preocupante, a veces -demasiadas-, aparecen fardos o piedras de coca a orillas del mar o del rio, las gentes humildes y los niños creen que se trata de sal, o patatas, que utilizan para cocinar y son ingeridos con resultado fatal. La droga da dinero y si una cosa escasea aquí, es esto, así que muchos empiezan a vender, mal guardando la mercancía al alcance de cualquiera, también con final fatal. Y propagando entre la pobre población la esclavitud y muerte lenta que la droga provoca. El control por el tráfico internacional origina rivalidades políticas, la oposición no quiere el poder para solventar los problemas existentes en el país y mejorar la calidad de vida, eso que importa, solo quiere poder, que claro, da dinero. Estos conflictos no se solucionan en el congreso, sino disparando armas. Financiadas por quién? Ya lo sabéis.
En el presente el país se encuentra en un estado lamentable y será peor a corto plazo. Las pocas industrias y turismo que durante algunos tiempos pasados de bonanza daban trabajo y explotaban los muchos recursos de este hermoso país, ahora se encuentran cerradas y en estado de demolición.
-Y nadie hace nada?
-No tengo ni idea!- lo cual debe significar que no mucho.
- Pero la ONU, o algún país extranjero, es que no lo ven?
Desde un punto de vista estrictamente político se puede entender que no hagan nada. Es decir, a la vista de lo que hace el gobierno de este país los gobiernos foráneos han cerrado el grifo y las relaciones diplomáticas, cansados de ver desaparecer su dinero -el de sus contribuyentes- sin obtener ningún resultado, ni observar ninguna mejora; bueno, si, el cochazo nuevo del hermano del ministro en cuestión.
Por tanto se puede entender su mosqueo.
Pero, yo me pregunto, es que esto no es más motivo aún para hacer algo? Quién está sufriendo realmente, abandonado por culpa de la política a las sucias manos de los políticos que hacen absolutamente lo que les pasa por el escroto? No es eso dar impunidad a la corrupción?
Pero, con todo esto, la gente hace lo que puede, día a día, valiéndose de esta capacidad africana -o humana- para no derrumbarse y seguir adelante, dejando de lado los circos políticos. Así, los hombres salen cada mañana de sus casas para trapichear con lo que puedan y llevar los 650 FCFA a su mujer para que compre comida para la familia numerosa.
Guinea Bissau es un hermoso país, totalmente virgen, islas y playas bonitas, muchos recursos naturales, buen clima y con una población inferior a los 2 millones de habitantes -las cifras de población africanas son muy relativas, la población no esta censada, y no abundan los DNI o partidas de nacimiento-, que se reparten en una cuarentena de etnias diferentes, en su mayoría cristianas, en la práctica, animistas.
Pasada la frontera me siento en algún lugar como de costumbre y abro mi mapa, el primer nombre que veo sobre la costa es Varela, parece un lugar aislado, según el mapa la carretera no esta en buenas condiciones -y resulta ser verdad, 56 Km en 3h 30min, además, aunque esté dentro de Guinea Bissau, está a unos pocos kilómetros de Cap Skirring, la zona más turística de Senegal, que descarté visitar debido a una alergia que padezco a este tipo de parques temáticos, y me digo que Varela será igual o más hermoso que eso.
Quedé tan maravillado con este lugar que pasó un mes sin enterarme, en casa de mi hermano Alfu que junto con su familia y amigos me prestan una infinita atención.
Playas de paraíso, aldeas vecinas con tradiciones y ceremonias sobrecogedoras, pescado exquisito y mucha tranquilidad. Conocí a reyes de la etnia Diola en diferentes eventos que aún hoy tienen poder sobre sus regiones y habitantes, estas regiones están cartografiadas, para ellos, todavía de la época pre-colonial. Fascinante.
Esta tranquilidad de casas de paja y ausencia de luz -problema generalizado en todo el país y en todo el Oeste de África en general- solo se vé amenazada una vez al año, por la fiesta del primero de Mayo. Por estas fechas llegan a la comunidad de trescientos habitantes unas cinco mil personas, con cabras, gallinas, bebidas de todo tipo, generadores, equipos de música y montan un campamento en la playa, con restaurantes, bares, tiendas, casitas, transformando la tranquila playa en una bacanal, una algarabía que ríete tú de las raves y otros festivales sintéticos, sin ningún tipo de control ni organización, con este desbarajuste tan africano imperando en cada rincón. Fueron unos días de locura que pensándolo todavía me parece increíble.
También pude constatar lo que dicen los propios guineanos, que lo que manda en este país es la fiesta. Al ser ex-colonia portuguesa sienten una gran afección por Brasil, y adoptan sus tradiciones, modas y en cierto modo, su cultura, pero exagerado, a la manera africana (o puede que sea al revés?). Así, siempre se montan fiestas y cualquier excusa es buena para beber -vinho de cajú si tienes poco, cerveza y licores si tienes bastante- y bailar.
Como ellos lo definen, es un país de brincadeira.
Pues bien, este es mi primer mes en este hermoso país, con hermosa gente, del que estoy profundamente enamorado.
También pude constatar lo que dicen los propios guineanos, que lo que manda en este país es la fiesta. Al ser ex-colonia portuguesa sienten una gran afección por Brasil, y adoptan sus tradiciones, modas y en cierto modo, su cultura, pero exagerado, a la manera africana (o puede que sea al revés?). Así, siempre se montan fiestas y cualquier excusa es buena para beber -vinho de cajú si tienes poco, cerveza y licores si tienes bastante- y bailar.
Como ellos lo definen, es un país de brincadeira.
Pues bien, este es mi primer mes en este hermoso país, con hermosa gente, del que estoy profundamente enamorado.