Cuando los sueños se hacen realidad
29/10/2012
Me ha gustado mucho esta ciudad, la abandono gratamente sorprendido.
Pero, tengo muchas ganas de descubrir los pueblos que tengo delante, me los he imaginado muchas veces antes de partir y creo que me van a acontecer aventuras que no olvidaré.
Voy para la estación de buses, mi intención es salir de la ciudad y parar en un pueblecito de al lado para poder hacer autoestop, porque claro, hacer autoestop aquí en la ciudad es como si estuvieras en plaza catalunya de BCN i quisieras hacer autoestop hasta Sant Feliu de Pallarols. Por donde empiezo? Así que intentaré llevar a cabo mi plan, a ver si funciona.
En la estación me dicen que no hay transporte posible, todo esta lleno, estamos a dia miercoles y el viernes empieza la fiesta más importante de la tradición musulmana, la fiesta del cordero, su navidad, así que todo el mundo se mueve de un lado para otro ultimando preparativos y para encontrarse con la familia. Intento con los taxis compartidos, esta lleno de gente esperando, todos estan completos. Acontece una situación muy graciosa. Estamos todos como en una plaza, llena de gente y taxis (Mercedes con 500.000km), llega uno, cuando esta dentro de la plaza aminora la marcha a unos 5km/h, la gente que espera empieza a correr en el lado izquierdo del coche, mientras tanto, la puerta de la derecha se abre. Los que corren por la izquierda, en fila, unos detrás de otros, empiezan a saltar a dentro del coche en marcha, es fácil, cada uno que entra por la izquierda sale otro por la derecha, asi, mientras el taxi va dando vueltas a la plaza hasta que está completo, con ocho personas. Mientras admiro la curiosa situación, mi cabeza tararea la música de Beny Hill.
Pués bien, consigo entrar en un taxi que va en la dirección correcta. Al cabo de unos 70km me deja en Ain Beni Mathar, un pequeño pueblo, fronterizo con Algeria. Después de comer me pongo en la calle a hacer autoestop, la gente me mira raro.
Se paran diferentes personas y después de los saludos iniciales me dicen que no voy bien, que mejor vaya más adelante, en una glorieta que hay al final del pueblo, a partir de ahí los coches solo pueden ir en la misma dirección que yo. Les hago caso. Cuando llego a la glorieta me encuentro con unas 8 personas marroquíes que también hacen autoestop. A los cinco minutos nos recoge una furgoneta i nos metemos todos dentro del espacio para la carga. El paisaje que recorremos es exuberante, los pinos dejan paso a las acacias y las acacias a los arbustos punzantes, que a su vez dejan paso a los rastrojos. Y después la nada. Arena y piedras hasta donde alcanza la vista. Aquí empieza el desierto del Sahara.
Durante 100km hemos ido recogiendo gente, ya somos unos 20 dentro de la ford tránsit, un poco incómodos y sudados.
Mi destino, Tandrara, no sé que hay allí pero me gusta el nombre.
En Marruecos, antes de entrar a qualquier centro habitado hay un control policial, nadie sabe por qué, ya que todos se conocen y se paran a charlar y dar las buenas tardes. Nosotros como somos una furgoneta claramente ilegal no debemos pasar por el control, así que hacemos otra cosa más ilegal, nos desviamos 30min de la carretera y cruzamos irregularmente la frontera con Algeria, tierra desierta, hasta que llegamos al destino.
Una sola calle, con casas a ambos lados, y todo es arena. La gente me mira y sonríe, unos sorprendidos, otros curiosos. Pregunto por un hotel.
Los dos hombres se ríen, jajajajajaja. Ok. No hay hoteles. Con cada persona que hablo, que son casi todas, ya que todos me vienen a saludar, aparecen de repente una decena de personas a mi alrededor.
Siempre hay uno que entiende el francés o el espanyol, yo le hago la pregunta, todos me miran a mi primero, cuando termino miran al otro, este otro traduce al árabe mi pregunta, y empieza la conversación-discusión, no sé que analizan tanto la pregunta en si es fácil, pero bueno, yo les miro admirado y contento, hasta que todos callan y el hombre me da su veredicto. No.
No se donde voy a dormir, doy una vuelta por el pueblecito (siempre acompanyado de niños) para encontrar un sitio para si fuera el caso de montar la tienda de acampar. Cosa de la cual me muero de ganas!
Decido sentarme en un cafe y pedir un té, dejaré la resolución en manos de la divina providencia. Estoy toda la tarde ahí sentado, conociendo gente sin parar. Unos me invitan a sus casas, otros me dicen que no hay ningún problema en montar la Haima y dormir en medio de la calle, es un pueblo tranquilo y nadie me hará nada.
Al final decido ir a casa de un hombre, pero antes dice que tenemos que ir a la policia para dar parte de esto, no quire tener problemas.
En la comisaria nos reciben con mala cara, yo me espero en la sala correspondiente y al hombre lo hacen entrar en otra.
Llamadas varias y aparece un coche con tres polis más, estan el jefe, el poli bueno y el de practicas. El jefe me pide el pasaporte y me mata a preguntas; que de donde vengo, a donde voy, porque estoy alli, como he llegado hasta allí (claro, no me han visto pasar por el control), etc. Un interrogatorio en toda regla, en la típica comisaria de pelicula donde siempre pasan cosas malas.
Conclusión: No puedo ir a dormir a casa de este hombre. Me llevaran a la estación de bus y me invitarán a que abandone el pueblo y vaya a una ciudad con hoteles.
Claro, yo no me quiero ir, este pueblo es justo lo que esperaba encontrar en estos lares. Precisamente por esto estoy aquí.
Les digo a los señores policias que no, que quiero quedarme a dormir al pueblo como sea y que mañana ya partiré a otro sitio, con bus (si les digo que hago autoestop seguro que no me dejan).
- No es posible, contestan.
Ok, juego mi última carta.
- De acuerdo, no iré a casa de este hombre ni de ningún otro. Llevo conmigo una haima (tienda para acampar), puedo montarla aquí, en la comisaria?
Se miran, no sé si me han entendido, mi francés, aunque va mejorando día a día, no es muy fino que digamos.
- Vale, de acuerdo. Se ríen. Sígueme.
Salimos fuera de la comisaria y me senyala una zona del jardín.
- Puedes montar tu haima aquí y puedes dormir tranquilo, nadie te molestará. Pero mañana te vas.
Jajajajajajaja.
No puedo parar de reír, de felicidad. Y es que cuando uno se levanta por la mañana no sabe que le deparará el día, por mucho que hubiera soñado con semejantes aventuras anteriormente, intentando emular a grandes viajeros, uno no puede hacer nada al respeto, la "aventura" se dá por si sola. Uno solo tiene que estar despierto y tomar la decisión que la senñla la intuición. Y, por arte de birlibirloque, pam! aparece el genio de la vida maravillosa.
No tengas miedo pequeño saltamontes.
Salimos de la comisaria con el hombre, le han retenido el carné, después de cenar debe acompanyarme otra vez aquí y se lo devolverán. Entiendo su obsesión por mi seguridad, más que por mi seguridad, creo que es por la suya, es un pueblo tranquilo y pequeño y no quieren que por culpa de un turista chalado se les complique el día.
Me siento mal por el hombre, que aunqué esté bien y no esté enfadado, ha tenido problemas por intentar ayudarme.
Volvemos a la comisaria, el hombre se va, mañana nos vemos, y me dispongo a montar la tienda.
No sé si alguien ha intentado nunca clavar las piquetas de la tienda en la arena del desierto, pero desde luego que no es una buena idea.
Así que con unas cuantas piedras y la mochila consigo que se sostenga en pie, sopla mucho el viento, la arena se mete en todos los rincones. Pero consigo meterme dentro la tienda y escribir en mi cuaderno de bitácora. Para mi, el mejor momento del día, es cuando recapacito y anoto las experiencias y curiosidades del día, que por mucho que quisiera no tendría suficiente tiempo para escribir en esta web.
Y es dentro de esta tienda, mientras escribo, donde el viaje se me aparece conscientemente. No estoy leyendo en ningún blog, ni en ningú libro, lo estoy escribiendo yo! Estos sucesos, me suceden a mi! Soy tan feliz.
Por la mañana me despierta un policia, ya es hora que me levante.
Voy a desayunar al pueblo y me despido de los amigos y conocidos.
Me cargo la mochila, levanto el dedo. Pasan quatro coches, el quinto se para y me recoge.
- A donde vas? Me dice en francés-árabe.
- A donde van ustedes? Respondo en catalan-francés.
- A Bouarfa.
- Voy con vosotros!
Bouarfa es un pueblo bastante más grande que Tandrara, que al principio me parece horroroso, pero con los días ha ido mejorando mucho, llegando incluso a gustarme tanto que me he quedado aquí unos 5 días.
Al llegar fui a comer a un restaurante, donde conocí a Mustafa y me invitó a su casa, con su familia, somos jueves y mañana empieza la fiesta, que dura tres días.
Acepto la propuesta, pero mañana, hoy quiero ir a un hotel para estar solo, y si encuentro uno, con ducha caliente, los días de autoestop me dan un margen económico como para permitirmelo. Y además, en diez días me he duchado solo una vez y la cosa no se puede aguantar más.
Me tengo que alicatar para la fiesta!
Son cinco días estupendos, con una familia estupenda y de la cual me costará mucho mañana despedirme. Los recordaré durante mucho tiempo. Me han tratado como un hijo y yo como a unos padres.
Estos tres días de fiesta en familia han sido geniales.
Todo a cambio de nada. Es como defino esta zona de Marruecos.
Así pues, necesitava descansar física y mentalmente. Mi cabeza se ha llenado en apenas 10 días y necesitava masticar, tragar y digerir todo lo sucedido. 240 horas de presente en Marruecos dan para mucho o demasiado.
Mañana por la mañana, con las pilas ya cargadas, el cerebro vaciado y el corazón ordenado me pondré de nuevo en marcha dirección oeste i después norte, a Rabat. A buscar la embajada de Mauritania para hacerme el visado. No quiero arriesgar a llegar a la frontera del sahara occidental y mauritania y que me digan que ya no los expiden allí y que tengo que retroceder unos miles de km para ir a Rabat.
Pero antes, abandono las cálidas tierras del desierto para adentrarme en tierra bereber, nuevas gentes, nueva cultura, nuevas aventuras.
Sed felices y para todo lo demás ....